Luis XV (1710-1774)
Rey de Francia (1715-1774), que con su falta de liderazgo a la hora de afrontar las reformas necesarias en su país, contribuyó a la crisis que dio lugar a la Revolución Francesa.
Luis nació en Versalles, el 15 de febrero de 1710, bisnieto de Luis XIV, a quien sucedió a la edad de cinco años. El duque Felipe de Orleans, gobernó como regente hasta que Luis alcanzó la mayoría de edad en 1723. En 1725, el rey se casó con María Leszczyńska, hija de Estanislao I de Polonia. Al año siguiente, nombró primer ministro a su antiguo tutor, el cardenal André Hercule de Fleury, quien proporcionó a Francia una administración estable hasta el día de su muerte, diecisiete años más tarde. Después, el propio Luis se hizo cargo del gobierno, pero sólo mantuvo un interés esporádico por los asuntos de Estado, y nunca siguió una política coherente, ni en asuntos de política interior, ni de política exterior. Con frecuencia se dejaba influenciar por sus amantes, siendo la marquesa de Pompadour la más poderosa de todas ellas.
Francia participó en tres guerras durante el reinado de Luis. Tras la primera, la guerra de Sucesión polaca, Francia cedió Lorena al destronado soberano polaco Estanislao I. La segunda, la guerra de Sucesión austriaca, que marcó el inicio de un enfrentamiento colonial con Gran Bretaña, no fue decisiva. En la última, la guerra de los Siete Años, Francia, paralizada por la corrupción y la mala administración, perdió casi todas sus posesiones de ultramar (Canadá y la India) en favor de los británicos. La política exterior francesa de esta época fue caótica debido a la diplomacia secreta de Luis, ya que, a veces, sus agentes en otros países perseguían objetivos que contradecían los objetivos de sus propios ministros.
La situación mejoró algo en la década de 1760, cuando un nuevo ministro, el duque de Choiseul, estableció un poco de orden en el gobierno y trató de reparar el daño causado por la guerra de los Siete Años. En los últimos años de su reinado, Luis colaboró con su canciller, René de Maupeou, con el fin de reformar el injusto e ineficaz sistema de impuestos que prevalecía en el país.
En 1771 los parlements, o tribunales soberanos, que se habían opuesto a la reforma, fueron reorganizados y despojados de su poder para obstruir los decretos reales. Se reforzaron las medidas para gravar a los estamentos de la nobleza y el clero, que antes estaban exentos de impuestos, pero estas medidas quedaron anuladas con la muerte del rey en Versalles, el 10 de mayo de 1774. La profecía de Luis XV, “Después de mi, el diluvio”, se cumplió, apenas dos décadas más tarde, con el derrocamiento de la monarquía francesa.
"Luis XV." Microsoft® Encarta® 2006 [CD]. Microsoft Corporation, 2005.
Rey de Francia (1715-1774), que con su falta de liderazgo a la hora de afrontar las reformas necesarias en su país, contribuyó a la crisis que dio lugar a la Revolución Francesa.
Luis nació en Versalles, el 15 de febrero de 1710, bisnieto de Luis XIV, a quien sucedió a la edad de cinco años. El duque Felipe de Orleans, gobernó como regente hasta que Luis alcanzó la mayoría de edad en 1723. En 1725, el rey se casó con María Leszczyńska, hija de Estanislao I de Polonia. Al año siguiente, nombró primer ministro a su antiguo tutor, el cardenal André Hercule de Fleury, quien proporcionó a Francia una administración estable hasta el día de su muerte, diecisiete años más tarde. Después, el propio Luis se hizo cargo del gobierno, pero sólo mantuvo un interés esporádico por los asuntos de Estado, y nunca siguió una política coherente, ni en asuntos de política interior, ni de política exterior. Con frecuencia se dejaba influenciar por sus amantes, siendo la marquesa de Pompadour la más poderosa de todas ellas.
Francia participó en tres guerras durante el reinado de Luis. Tras la primera, la guerra de Sucesión polaca, Francia cedió Lorena al destronado soberano polaco Estanislao I. La segunda, la guerra de Sucesión austriaca, que marcó el inicio de un enfrentamiento colonial con Gran Bretaña, no fue decisiva. En la última, la guerra de los Siete Años, Francia, paralizada por la corrupción y la mala administración, perdió casi todas sus posesiones de ultramar (Canadá y la India) en favor de los británicos. La política exterior francesa de esta época fue caótica debido a la diplomacia secreta de Luis, ya que, a veces, sus agentes en otros países perseguían objetivos que contradecían los objetivos de sus propios ministros.
La situación mejoró algo en la década de 1760, cuando un nuevo ministro, el duque de Choiseul, estableció un poco de orden en el gobierno y trató de reparar el daño causado por la guerra de los Siete Años. En los últimos años de su reinado, Luis colaboró con su canciller, René de Maupeou, con el fin de reformar el injusto e ineficaz sistema de impuestos que prevalecía en el país.
En 1771 los parlements, o tribunales soberanos, que se habían opuesto a la reforma, fueron reorganizados y despojados de su poder para obstruir los decretos reales. Se reforzaron las medidas para gravar a los estamentos de la nobleza y el clero, que antes estaban exentos de impuestos, pero estas medidas quedaron anuladas con la muerte del rey en Versalles, el 10 de mayo de 1774. La profecía de Luis XV, “Después de mi, el diluvio”, se cumplió, apenas dos décadas más tarde, con el derrocamiento de la monarquía francesa.
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